Las micheladas son una opción refrescante y popular para disfrutar una cerveza, especialmente en climas cálidos, y son conocidas por su versatilidad al incluir ingredientes como sal, limón, salsas, e incluso complementos como pepino o camarones. Sin embargo, aunque son sabrosas, su consumo excesivo puede tener efectos negativos en la salud.
Origen y popularidad:
Las micheladas tienen sus raíces en San Luis Potosí, México, y se han diversificado en una amplia variedad de presentaciones, desde las clásicas hasta las más elaboradas como la ‘licuachela’ o la ‘gomichela’.
Calorías y contenido nutricional:
Una michelada promedio de 354 ml contiene alrededor de 187 calorías, principalmente provenientes de carbohidratos. Para comparar, una lata de cerveza tiene aproximadamente 155 calorías, mientras que una caguama (940 ml) puede contener hasta 392 calorías.
Efectos negativos en la salud:
1. Aumento de peso: La cerveza, principal componente de la michelada, es rica en calorías vacías. Estas calorías aportan energía, pero carecen de nutrientes esenciales, lo que puede contribuir al aumento de peso, especialmente si se consumen varias micheladas en una sola ocasión.
2. Reducción de la esperanza de vida: El consumo excesivo de cerveza, y por ende de micheladas, puede reducir la esperanza de vida. Se recomienda no exceder las cantidades diarias recomendadas: una o dos cervezas para hombres y una cerveza para mujeres.
3. Riesgo de diabetes: Las micheladas pueden aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo II debido a su contenido de carbohidratos y, en algunos casos, azúcares añadidos como los que se encuentran en gomitas o chamoy.
4. Problemas asociados al consumo de sal: Micheladas se preparan con jugo de tomate, el cual puede tener altos niveles de sal. Un consumo elevado de sodio está relacionado con problemas cardiovasculares, renales, osteoporosis, e incluso un mayor riesgo de cáncer.
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